Los estudios sobre las independencias iberoamericanas han registrado una auténtica renovación en los últimos veinte años. Las clásicas tesis de la historia tradicional y las historias nacionales están dejando paso a otras explicaciones más documentadas, rigurosas y plurales. La épica, heroísmo y justificación de la invención de las naciones desde una lectura eminentemente criolla se discuten, complementan y se ponen incluso en duda en estudios como los de este volumen. El proceso revolucionario insurgente que derribó la Monarquía absolutista española en América afectó a las estructuras sociales, económicas y políticas en las cuales estaba inmersa la especificidad del mestizaje americano desde su vertiente étnica y racial. Es por ello por lo que creemos que las independencias también han de ser explicadas desde su diversidad espacial, temporal, regional, étnica y racial. En este sentido y con esta preocupación, los estudios aquí presentados tienen tres premisas interconectadas entre sí, como son las diferentes interpretaciones y visiones del liberalismo de matriz gaditano y doceañista que trascendió en América en la creación de los diferentes estados-naciones, la interpretación de este proceso revolucionario liberal por las comunidades indígenas ni necesariamente alineadas ni necesariamente enajenadas y, por último, el posicionamiento de mulatos y negros no sólo frente al conflicto sino también frente a la nueva sociedad y sus resistencias, alternativas y posicionamientos políticos y sociales.