La década de los sesenta es en España una época de numerosos y profundos cambios no sólo políticos, sino también sociales y culturales. Este libro sigue el rastro de artistas, críticos de arte y gestores culturales que entre 1962 y 1968 trabajaron fuera y dentro de España bajo un signo político claro. 1962 marca el inicio de un clima de protesta y agitación en el que tanto el régimen de Franco como la oposición democrática optaron por crear nuevas estrategias de política artística. Junto a las exposiciones oficiales organizadas por las autoridades franquistas empezaron a sucederse entonces episodios inéditos de arte clandestino, como la firma de cartas de protesta y la difusión de grabados de agitación. Artistas como Saura o Tàpies, que anteriormente habían representado a la España de Franco en certámenes internacionales, se niegan en estos años a secundar las iniciativas del régimen. Otros, como Genovés, lograron cuestionar a la dictadura sin salirse de sus plataformas. Esta aparente ambigüedad es la faz visible de una intensa movilización social y artística que se mantuvo hasta 1968, año que puso fin al espejismo del desarrollo. La alianza arte-política cobra a través de estas páginas una nueva dimensión.