Dentro de la miniatura uno de los aspectos más destacables, desde mediados del siglo XIII hasta finales del siglo XV, es lo que se conoce como marginalia, término empleado por los historiadores del arte especializados en el estudio de ornamentación de manuscritos para designar la ilustración realizada en el margen o espacio ocupado entre la columna —o columnas de texto— y el límite del soporte empleado. Aunque la historiografía artística europea, desde una fecha temprana, ha mostrado un interés muy intenso hacia este tipo de imágenes, no es este el caso hispánico y más aún el referido al ámbito castellano, donde la aproximación al estudio de los márgenes de manuscritos miniados en este entorno se ha realizado de un modo muy fragmentario y parcial. Los temas que aparecen en estos espacios poseen un contenido tomado del contexto cultural del momento y forjado por «generaciones de tradición», lo que hace de ellos merecedores de un estudio iconográfico. Sin embargo, este requiere una acotación espacio-temporal que, unida a la tarea de intentar desentrañar sus posibles significados, encuentre un contexto propio donde confluyan las tradiciones locales en las que el manuscrito fue elaborado junto con otros presupuestos más universales. Fruto de la consciencia de esta necesaria delimitación espacio-temporal resulta la presente obra que pretende sistematizar un repertorio de motivos marginales empleados por los iluminadores que trabajaron en el ámbito geográfico de la Corona de Castilla desde ca. 1454 hasta ca. 1492, años correspondientes al reinado de Enrique IV (1454-1474) y la primera parte del de su hermana Isabel (1474-1504), período especialmente floreciente en el ámbito de la iluminación de manuscritos.