Este libro indaga en la sociogénesis de un campo profesional y académico prácticamente recién nacido y, aún hoy, muy precariamente existente: el de la didáctica de las Ciencias Sociales. El texto profundiza en las relaciones de saber-poder instituidas a través de los textos, contextos y agentes que, entre 1900 y 1970, le fueron dotando de vida y significado. En él se ha tratado de concertar el afán por el conocimiento riguroso con un horizonte emancipatorio, que bebe en diversas tradiciones de pensamiento crítico, especialmente en el método genealógico foucaultiano, en la perspectiva genética de Bourdieu y en la sociología e historia social de raigambre marxista. Desentrañar la forja —algo así como buscar el genoma, la matriz práctico-discursiva— de una profesión depara no pocas sorpresas al historiador genealogista; no es la menor el hecho de que, tras la tortuosa derrota seguida por el actual campo de los «expertos» en didáctica, se agazape y revele otro proceso, inexorable, de desprofesionalización de los cuerpos docentes, que fueron progresivamente relegados de la reflexión y producción pedagógica y didáctica. Desde estos presupuestos críticos, la sociogénesis de un campo profesional dista mucho de confundirse con el relato brillante y épico de una «conquista», sino que se aproximará mucho más a la narración documentada y sin contemplaciones acerca de cómo se configura y actúa una fracción del mundo de los intelectuales en tanto que ejecutores y actores de una forma dominada de dominación.