Este libro ubica de manera muy clara cuál es la posición de Sabines en el contexto de la poesía mexicana del siglo XX. Un poeta original exige un abordaje del mismo modo original. ¿Cómo se forja esta personalidad de excepción? ¿Por qué peculiares caminos va encontrando el poeta la palabra que sólo a él pertenece? La estrategia discursiva de Beatriz Barrera tiene el mérito de desechar las sendas trilladas y los lugares comunes, en los que a menudo incurre la crítica acaso sin proponérselo, por la pura solicitud de la inercia, para encontrar el temple exacto que esta génesis solicita. Un primer concepto clave desentrañado por la investigadora se concentra en la palabra manierismo. La formación de un poeta como Sabines puede radiografiarse utilizando este concepto. Lo interesante aquí es la torsión sígnica que nos propone este estudio. La investigadora reelabora el concepto. Para ella el manierismo no es un estilo histórico, una forma retórica coagulada en el tiempo, de la que habría abundante documentación en los tratados de estética, sino una manera de proceder que acaso tiene dos vertientes complementarias. Primero, una manera de leer; segundo, una manera de traducir en el texto escrito esas lecturas previas, que no pueden ser pasadas por alto. Manera y manera de la manera, podría decirse sin que esto resulte un contrasentido. Se diría que el término manierismo está retrabajado aquí sobre el trasfondo de una asimilación no conspicua de las modernas teorías de la recepción, y que por esto resulta tan sugerente.