Eugenio Izquierdo, pese a su origen humilde, gozó de suficientes protecciones como para merecer la confianza de importantes personajes en la política de su tiempo y llegar él mismo a destacar en la España de Carlos IV. Pensionado de joven para estudiar en París, pudo relacionarse con los científicos más relevantes del momento. La formación allí adquirida, unida a sus dotes diplomáticas le valdrán el nombramiento de director del Real Gabinete de Historia Natural, cargo que no llegará a ejercer dada la intensa actividad política que se verá obligado a desarrollar como consejero real al frente de numerosas misiones diplomáticas en Francia en relación a Godoy y que le valdrían los cargos de Representante Oficial ante Napoleón y Consejero Honorario de Estado y de Guerra. El desenlace de los acontecimientos de 1808 le llevarán a acompañar como secretario a Carlos IV en su exilio en Francia, donde fallecerá en mayo de 1813. Voy pues, querido lector, a ir describiendo paso a paso la vida y milagros de este interesante personaje con ayuda de toda clase de noticias y espero desentrañar con toda nitidez la personalidad un tanto borrosa con la que ha sido conocido don Eugenio Martín Izquierdo de Rivera y Lazaún.